En varias ocasiones hemos abordado en De Máquinas y Herramientas el tema de las pistolas de clavos o clavadoras. Por ejemplo, en este artículo presentamos los detalles principales, el funcionamiento y los diversos tipos de clavadoras que encontraremos en el mercado. Aquí brindamos consejos sobre cómo elegir una clavadora o su herramienta complementaria, la engrampadora.
Dado que por lo general estas herramientas son neumáticas, también nos enfocamos en las engrampadoras neumáticas y lo que debemos saber sobre ellas. Y para aquellos que aún no se ven convencidos de la utilidad que prestan, en esta nota nos dedicamos a resumir diez de las aplicaciones más comunes de las clavadoras neumáticas.
Ahora bien. En prácticamente todos los artículos que acabamos de citar siempre hicimos alguna mención al riesgo implícito que presentan estas herramientas durante su funcionamiento, ya que en manos inexpertas pueden causar serias lesiones que incluso podrían llegar a ser fatales para el usuario. De ello se desprende que sea necesario conocer y aplicar una serie de recomendaciones de seguridad antes de siquiera poner en marcha una herramienta de este tipo.
En esta oportunidad, por lo tanto, vamos a dedicarnos especialmente a abordar esas cuestiones de seguridad que exigen el conocimiento previo de diversos factores, comenzando por la propia herramienta. Cabe señalar que abordaremos particularmente las pistolas clavadoras neumáticas que se usan para madera, tejas y materiales de revestimiento, por ejemplo, en la construcción en seco, porque disparan los clavos de mayor tamaño, son las más poderosas y se consideran las más peligrosas de usar. Sin embargo, los conceptos que trataremos aquí también son válidos para las clavadoras empleadas en muchas otras aplicaciones y/o las accionadas con gas, electricidad o fuentes de energía híbridas, aunque no con pólvora, que se usan para fijaciones del material a metales u hormigón.
Conozcamos el mecanismo de disparo de la pistola clavadora
Las clavadoras se basan en dos controles básicos: un gatillo para pulsar con el dedo y una punta de contacto ubicada en la nariz de la pistola. Los mecanismos de disparo pueden variar en función de: 1) el orden en que se activan los controles, y 2) si el gatillo puede mantenerse pulsado para descargar varios clavos o si debe soltarse y luego pulsarse nuevamente para cada clavo. Combinando estas variaciones se obtienen diversos tipos de gatillo.
Este video presenta dichos tipos y cuál se recomienda por ofrecer mayor seguridad.
Por lo tanto y según lo que acabamos de ver, en lo posible trabajemos siempre con una pistola clavadora con gatillo secuencial en lugar de un gatillo de contacto. Si bien este último permite disparar los clavos de manera continua cada vez que se presiona, tiene una tasa de lesiones que duplica la de las pistolas con gatillo secuencial.
¿Cómo se producen las lesiones con pistolas clavadoras?
Se han identificado varias situaciones en las cuales el riesgo de sufrir una lesión con una clavadora se vuelve crítico. Revisemos las situaciones más importantes y aprendamos a evitarlas, o bien, si esto no es posible, a extremar las medidas de precaución.
a) Descarga involuntaria de clavos desde las pistolas clavadoras provistas con gatillo de contacto
Estas clavadoras son susceptibles al doble disparo, especialmente cuando se colocan contra la pieza de trabajo, ya que puede producirse un segundo disparo involuntario antes de que el usuario pueda reaccionar y soltar el gatillo. Este inconveniente es más notorio en los trabajadores novatos, que tienden a empujar con fuerza la herramienta para compensar el rebote. También puede producirse cuando el usuario trabaja en una posición incómoda, como en lugares estrechos donde la pistola no tiene suficiente espacio para rebotar. Incluso el rebote de la propia pistola puede causar lesiones en espacios reducidos al golpear la cabeza o la cara del usuario.
b) Descarga involuntaria de clavos desde las pistolas clavadoras provistas con gatillo de contacto (y otros tipos) al golpear el contacto de seguridad con el gatillo apretado
Esta es una tendencia desaconsejada pero aparentemente inevitable entre los obreros de la construcción: mantener permanentemente un dedo en el gatillo porque es más natural sostener y transportar una pistola de 4 kg usando el agarre firme de los cuatro dedos restantes. En un caso como este, si la persona que tiene su dedo en el gatillo golpea su pierna al bajar de una escalera o choca contra otro usuario al pasar por el marco de una puerta haciendo impacto en el contacto de seguridad, la pistola puede descargar clavos involuntariamente y causar una lesión. Esto indica que nunca y en ninguna circunstancia debe mantenerse el gatillo apretado cuando la herramienta no está posicionada sobre la pieza de trabajo.
c) Proyección del clavo a través de la madera
Este inconveniente sucede con todo tipo de pistolas clavadoras y se presenta especialmente cuando el clavo ingresa en una zona cercana a un nudo en la madera. Los nudos generan cambios en las vetas de la madera, creando puntos blandos y puntos duros que pueden cambiar la dirección del clavo expulsándolo por la parte opuesta de la pieza de trabajo si encuentra un punto blando para atravesar. En esas condiciones, el clavo expulsado puede golpear la mano del usuario que sostiene la pieza, o bien salir disparado como un proyectil.
d) Rebote del clavo después de golpear una superficie dura u objeto metálico
Similar al caso anterior, cuando un clavo golpea una superficie dura cambia de dirección y puede rebotar sobre la superficie de la pieza, golpeando al trabajador o saliendo disparado como un proyectil. Si la superficie es madera y el clavo no encuentra un punto blando para atravesar, simplemente rebota. Lo mismo sucede si la superficie es metálica, por ejemplo, en estructuras de armado para steel-framing, o en vigas compactas laminadas.
e) Errar la pieza de trabajo
Un mal cálculo, similar a cuando martillamos nuestro dedo en lugar del clavo objetivo, es una situación muy peligrosa con cualquier tipo de pistola clavadora. Cuando la punta de la pistola no hace contacto completo con la pieza de trabajo, por ejemplo, si la usamos cerca del borde de dicha pieza, es más difícil posicionar correctamente el contacto de seguridad y, por lo tanto, el clavo puede atravesar la pieza golpeando la mano del usuario u otra persona en las cercanías, o bien salir disparado como un proyectil impactando en la cara, las manos o el cuerpo del operario.
f) Adoptar posiciones incómodas o incorrectas
Toda posición de trabajo que no asegure el completo control de la pistola clavadora (sea cual fuere su tipo), así como de su acción de rebote, pone en peligro la seguridad del usuario y de las personas en las cercanías.
Estas situaciones se dan, por ejemplo, con el clavado oblicuo, ya que la pistola no se puede sostener nivelada contra la pieza de trabajo. Otras posiciones en las que debe prestarse mucha atención son aquellas cuando la pistola se hace funcionar:
- por encima de la altura de los hombros
- en espacios estrechos
- con la mano que no es la dominante
- en una escalera
- con el cuerpo del usuario interpuesto en la línea de disparo
- desde una distancia mayor que la segura (escalera, andamio, etc.)
La imagen siguiente es un ejemplo de posición incómoda que debe evitarse, muy especialmente por parte de los usuarios inexpertos, ya que combina varias de las situaciones que acabamos de exponer.
g) Ignorar o desactivar los mecanismos de seguridad
Aunque parezca un detalle redundante, esta es una regla de oro. Muchos usuarios modifican sus clavadoras (por ejemplo, retiran el resorte del contacto de seguridad) por razones de comodidad, lo que, además de invalidar la garantía de fábrica de la herramienta, incrementa notablemente el riesgo de accidentes. Independientemente del modelo de pistola clavadora que usemos, asegurémonos siempre de usarla tal como fue diseñada por el fabricante y respetemos fielmente todas las indicaciones del manual de instrucciones que acompaña la herramienta.
Si tengo operarios a mi cargo, ¿qué medidas debo adoptar para que usen las pistolas clavadoras de manera segura?
En primer lugar, todo contratista o profesional de la construcción debe tomar las medidas necesarias para evitar las situaciones que acabamos de mencionar como causantes principales de los accidentes con pistolas clavadoras.
Si este es nuestro caso, veamos algunas medidas importantes para poner en práctica con nuestros operarios.
a) Herramientas seguras
En lo posible, proveer a los operarios pistolas con gatillo totalmente secuencial, ya que reducen el riesgo de descarga involuntaria de clavos y disparos dobles, además de lesiones por chocar contra otros operarios.
Casos en que el uso del gatillo totalmente secuencial es imprescindible:
- Operarios novatos
- Trabajos de colocación en que la madera tenga que sujetarse con la mano, como construcción de paredes, clavado de refuerzos, fijación de puntales a placas y refuerzos de puntales e instalación de armazones.
Casos en que pueden usarse otros tipos de gatillo:
- Trabajos en superficies planas, donde la madera no tiene que sujetarse con la mano, como techado, entablado y contrapisos.
b) Capacitación, capacitación y más capacitación!
Proporcionar capacitación a nuestros empleados antes de que usen cualquier tipo de pistola clavadora es una manera de asegurarnos de que sabrán no solo manejar correctamente la herramienta, sino también cómo evitar accidentes.
Además de hacerles conocer acerca del funcionamiento y los tipos de gatillos disponibles, así como las causas principales de las lesiones y de dónde se guardan los manuales del fabricante, es muy conveniente enseñarles situaciones prácticas para que puedan familiarizarse con su trabajo, por ejemplo:
- Cómo cargar y disparar la pistola de clavos.
- Cómo manejar el compresor de aire si se trata de clavadoras neumáticas.
- Cómo sujetar la madera durante trabajos de armado de estructuras para la construcción en seco u otras aplicaciones con madera.
- Cómo manejar de manera segura las clavadoras que no están provistas de gatillo totalmente secuencial.
- Cómo reconocer y trabajar con superficies susceptibles de rebote.
- Qué hacer cuando falla una clavadora.
- Cómo realizar el trabajo en posiciones difíciles o incómodas (p. ej., clavado oblicuo y trabajo en escaleras).
Para cada una de estas situaciones hay muchos consejos para poner en práctica, especialmente para la última, que podemos transmitirles a nuestros empleados de manera clara y concisa. Por ejemplo:
¿Qué medidas de precaución aplicar al trabajar en posiciones difíciles o incómodas? |
¿Qué medidas de precaución aplicar al trabajar en altura? |
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c) Qué hacer y qué no hacer con una clavadora neumática
Como en toda actividad que supone el manejo de herramientas peligrosas, también existen los «Siempre» y «Nunca» relacionados con el uso de las pistolas clavadoras. Examinemos los más importantes que debemos enseñar a nuestros operarios.
Siempre | Nunca |
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Otras consideraciones para tener en cuenta
Todas las pistolas clavadoras que usen compresores de aire, es decir, las neumáticas, deben cumplir los requisitos especiales de presión de aire (generalmente entre 80 y 120 psi), tipo de mangueras y sistemas de conexión/desconexión, lubricación, y dispositivos de seguridad de la herramienta que estipulan las normas de seguridad laboral de cada país.
Por otra parte, las clavadoras son herramientas que producen pocos picos de ruido, pero extremadamente fuertes: uno al disparar el clavo y otro al expulsar el aire, cuya magnitud varía dependiendo de la pistola, la pieza de trabajo, la presión del aire y el entorno de trabajo. Por esta razón, es muy importante usar protección auditiva y tratar de adoptar clavadoras (si las hubiere) que incorporen algún mecanismo de reducción del ruido.
En adición a la protección auditiva, en muchos países también se exige el uso de calzado y guantes de seguridad, así como protección ocular, a fin de proteger los pies, las manos y los ojos del posible impacto de los clavos.
Las clavadoras son herramientas pesadas (de 4 kg o más) que si se usan de manera reiterada durante períodos prolongados pueden causar no solo fatiga, sino también lesiones diversas que a la larga pueden conducir a la incapacidad para trabajar. Por ello conviene programar descansos frecuentes dentro de la jornada laboral y consultar con un profesional de la salud cuando aparezcan dolores o síntomas de trastornos óseos o musculares.
Finalmente, notificar los accidentes ocurridos o que estuvieron a punto de ocurrir y divulgarlos entre el grupo de trabajadores, así como procurar la inmediata atención médica ante cualquier accidente, también ayuda a un mejor conocimiento del manejo de estas herramientas y a disponer las medidas de seguridad necesarias para garantizar un trabajo productivo.
Un Comentario
Diana
Excelente información, de mucha ayuda.!!! Mucha sgracias